Si bien es cierto que la salud bucodental de los más pequeños ha mejorado mucho en los últimos tiempos, no lo es menos que aún existe una tendencia bastante generalizada a menospreciar la verdadera importancia de la dentición temporal.
Movidos tal vez por el desconocimiento del papel tan importante que ésta dentición juega, hay padres que acompañan a sus hijos a la clínica con lesiones o caries en dientes de leche y que en ocasiones se muestran reacios a que se traten dichas dolencias, considerando cualquier tratamiento en estas piezas dentales de duración limitada y llamadas a ser sustituidas, como un gasto innecesario. “Si total, se le va a caer y le va a salir uno nuevo, ¿para qué?” Pues bien, todas estas dudas se dispersan cuando se conocen en profundidad las importantes funciones que desempeña esta dentición y la repercusión que tiene en la futura salud dental y correcta oclusión del adulto.
¿Qué es la dentición temporal?
La dentición temporal, también conocida como dentición primaria, infantil o de leche, está formada por 20 piezas, 10 en la arcada superior y 10 en la inferior, erupciona normalmente en el niño a partir de los 6 o 7 meses de vida, pasa por una etapa de dentición mixta en la cual coinciden dientes primarios y definitivos y finalmente suele desaparecer en su totalidad a los 12 años de edad.
¿Cuáles son sus funciones?
Aparte de permitir al niño desarrollar la función masticatoria durante sus primeros años de vida, fundamentales para el crecimiento, favoreciendo una correcta trituración de los alimentos esencial para el adecuado funcionamiento del aparato digestivo, una dentición temporal sana, permite:
- Desarrollar correctamente la fonación y la evolución del lenguaje.
- Favorecer la respiración nasal y prevenir las maloclusiones derivadas de la respiración bucal.
- Dar confianza al niño desde el punto de vista estético para desarrollar sus habilidades de socialización.
- Hacer de guía para la erupción de los dientes permanentes, guardándoles el espacio necesario para una correcta alineación y oclusión dental.
¿Qué problemas puede presentar?
1) El principal y más común, la caries. La decisión de no tratar una caries en un diente temporal puede acarrear problemas tales como:
- Pérdida de material dentario. Debido al ataque de la caries, la pieza temporal afectada se va haciendo más pequeña al tiempo que las adyacentes, al perder estabilidad y puntos de contacto, tienden a moverse para rellenar los huecos que van quedando vacíos. De este modo, cuando la pieza definitiva empiece a erupcionar bajo la temporal con caries, va a encontrarse con un espacio insuficiente para su correcto desarrollo.
- Si se deja que la infección avance sin control, alteraciones en el germen de la pieza permanente que se encuentra debajo de la afectada, que puede dañar su adecuado desarrollo.
- Extensión de la lesión a los dientes adyacentes y empeoramiento de la salud bucal general del niño.
2) Pérdida prematura de un diente temporal, con los consiguientes problemas oclusales, de estabilidad de piezas antagonistas y movilidad de las adyacentes y a su vez para la pieza definitiva correspondiente, que no va a contar durante su desarrollo con la guía de crecimiento que dicha pieza perdida le proporcionaba.
¿Cómo actuar ante estos problemas?
Cada caso es particular y será el dentista quien, tras hacer una valoración exhaustiva de las circunstancias del niño, edad, salud bucal y desarrollo dentario entre otros factores, el que decida qué tratamiento es el más adecuado. A rasgos generales:
En caso de caries en un diente de leche, es fundamental erradicar el foco de infección y actuar según la gravedad que presente la pieza afectada. Si la presencia de la caries es moderada, será suficiente con limpiar la zona y empastar. Sin embargo, si la caries ha avanzado mucho puede llegar a ser necesaria la desvitalización de la pieza (quitarle el nervio) a través de una pulpotomía o pulpectomía, para así paliar el problema y poder mantener la pieza temporal en la boca el tiempo necesario para que la pieza permanente se desarrolle y erupcione.
Para el caso de que se produzca la pérdida prematura de un diente primario, ya sea porque el avance extremo de la caries imposibilita practicar un tratamiento conservador, por fracaso del tratamiento endodóntico de las piezas temporales o bien provocado por un golpe o traumatismo dental, es esencial actuar con rapidez dado que independientemente de la causa, dicha pérdida va a acarrear una falta de espacio para la correspondiente alineación de la pieza permanente. Estas pérdidas prematuras son especialmente graves cuando se trata de molares pues, de no intervenir a tiempo, son las que van a provocar un mayor desplazamiento de piezas dentales, con los consiguientes problemas de oclusión y alineación de los dientes definitivos.
En estas circunstancias, lo más adecuado para evitar obstaculizar la correcta erupción del diente definitivo es recurrir a los mantenedores de espacio, los cuales nos permiten conservar el espacio ocupado previamente por la pieza total o parcialmente perdida, permitiendo que estos se desarrollen adecuadamente.
En definitiva, es fundamental potenciar el cuidado de la dentición infantil, no solo para que pueda llevar a cabo todas las funciones que le son propias, sino también por la gran repercusión que su estado y mantenimiento va a tener en la futura dentición posterior. Debemos inculcar en los niños hábitos de higiene dental correctos e incorporarlos con normalidad en su rutina diaria, siguiendo una serie de pautas sobre las que hablaremos en otra entrada.
La Doctora Rocío Lucena, especialista en Odontopediatría, atenderá en nuestra clínica cualquier duda particular que se os presente sobre la salud dental de vuestros hijos.
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